jueves, 30 de agosto de 2012

Preciosamente terrorífico.

Decimos que el campo es precioso. Que que queremos ir al campo y respirar aire fresco. Todo palabrería.

Anoche fui al campo. Más que al campo, a la montaña. Todo oscuro. Silencio sepulcral. Me cagué, metafóricamente, claro.  De no haber sido porque iba con ocho personas más, sino, no sobrevivo. No porque hubiera alguien. Mi mente habría ido tan sumamente rápido que me habría dado un ataque o me habría explotado el cráneo.

Maravilloso, eso sí.

De todas maneras, en el momento que sacamos las fichas de parchís y pusimos música, acabó la tensión.

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