Nunca 45 horas de vicio fueron mejores.
45 horas de tinte, comida, alcohol, porros, un amarillo, una borrachera y, duele decirlo, amor.
Caricias, besos, pasión, sexo.
Dos noches y un día en el limbo. Un descanso de la realidad.
El nacer de una relación, a partir de de un no quiero que quedes con él, que siguió con un novio, novia.
Y continuará con...
No hay comentarios:
Publicar un comentario